8 señales de que no te estás permitiendo hacer el duelo

El duelo duele. Así de simple, así de duro y así de intensamente hacemos todo lo posible para evitar sentir dolor. Lo que menos queremos como seres humanos es sufrir y tanto consciente como inconscientemente muchas veces recurrimos a todo lo que está al alcance de nuestra imaginación para alejarnos lo más posible de cualquier posibilidad de sufrimiento. 

Si bien esto puede servir a corto plazo porque necesitamos que nuestra energía y atención esté puesta en resolver algunas demandas urgentes que pueden venir de la mano con una pérdida, a mediano y largo plazo, puede causar mucho daño, no solo a nivel emocional, sino también a nivel psicológico, físico y en nuestras relaciones. Tal como decía el emblemático psicólogo Carl Jung, “aquello a lo que te resistes, persiste; lo que niegas te somete, lo que aceptas, te transforma”. 

El tiempo no cura todo (si lo curase no existiría el trauma), lo que cura es abrirse a procesar el dolor que acompaña una pérdida, aunque sea en pequeñas dosis. Que un duelo no se incruste en nuestras vidas depende de la disposición que tenemos para trabajar la pérdida, utilizando herramientas que nos permiten transitar las emociones y los pensamientos que acompañan, logrando integrar el dolor a nuestra historia, sin que sea algo que nos condicione negativamente a lo largo de nuestras vidas.

En este encuentro de psicología clínica virtual, aprenderemos a identificar conductas que nos muestran que estamos evitando el dolor, las consecuencias de hacer esto y conocerán tres herramientas claves para poder comenzar a atravesar el duelo sin hundirse en él.