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Disciplinar significa ayudar, acompañar y guiar a nuestros hijos en este hermoso camino de educar. La disciplina desde un lugar comprensivo y afectuoso es la llave para una crianza feliz. La disciplina juega un rol fundamental en la crianza ya que ayuda a los niños a desarrollar su propio sentido de la responsabilidad y su inteligencia emocional, para que puedan llegar a auto-disciplinarse.

Durante años se manejaron dos modelos opuestos bien definidos al momento de educar y disciplinar, demostrando no ser efectivos.

Por un lado, el modelo autoritario, puede parecer efectivo a corto plazo, pero no conduce al aprendizaje de la autodisciplina. Basándose en el sistema de premios y castigos, el niño se acostumbra a guiar sus acciones dependiendo de una motivación externa, careciendo de automotivación, generando una desconexión con los padres.

Por el otro, el modelo permisivo, nos dice que los niños son esencialmente buenos y sabios, que no necesitan límites y que la autodisciplina surgirá naturalmente con el tiempo. Dejándoles a los niños una sensación de inseguridad.

Y en ocasiones convirtiéndolos en pequeños tiranos a largo plazo.

¿Cómo ser un buen padre entonces, al momento de educar o disciplinar a nuestros hijos?

Nuestra intención es brindar una alternativa: “La disciplina positiva o amorosa”. En donde el rol de los padres será el de estimular la parte naturalmente buena que tienen sus hijos, poniendo límites compasivos a las partes que necesitan cambiar, para que los niños puedan desarrollar su sentido de responsabilidad y autocontrol emocional. Significa educar con amabilidad y respeto. Con firmeza y afecto.

En esta manera de educar, debemos cambiar las órdenes por solicitudes, quitando los “NO” de nuestras listas ya que generan resistencia a nivel cerebral. Debemos reemplazarlos por preguntas abiertas que los inviten a pensar al momento de dar una respuesta. Conectando desde el corazón con ese amor incondicional que a veces nos cuesta tanto expresar. Al momento de disciplinar, siempre debemos ponernos a su altura, mirándolos a los ojos. Debemos enseñarles que una conducta inapropiada tiene consecuencias. Por eso es tan importante elaborar con ellos una lista de acuerdos y consecuencias. Esto les brindará seguridad. Además, les estamos dejando saber qué esperamos de ellos, y eso los hace sentir seguros. Deben ser ellos los que deciden faltar a esos acuerdos y asumir las consecuencias si no cumplen. Con esto le estamos dejando el canal abierto y la posibilidad de auto disciplinarse, cualidad esencial para triunfar en la vida.
 

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